Día a día la fuerza que Ángel intentaba ejercer sobre mi fue dando sus frutos y mi relación corría serios peligros de no verse salpicada por aquel encantador de serpientes, recordemos que en esta historia había demasiadas personas involucradas y no todos saldríamos indemnes de ella.
Ana estaba absolutamente enamorada pero era lista y empezó a sospechar, al igual que mi pareja, de que las cosas no iban tan bien como ellos pensaban... en cuanto Ángel y ella fueron a vivir a un piso de alquiler frente a mi casa, en mi barrio... a escasos metros... ¿que pretendía el angelito endemoniado?
Durante los primeros días mi cabeza empezó a dejar de funcionarme correctamente ya que estaba convencido de que se avecinaba algo gordo y le expuse mis temores a mi pareja.
Ana me llamó una tarde y quedamos para vernos, venía con la cara desencajada y en sus ojos vi una tristeza indescriptible, las lágrimas brotaron sin cesar en cuanto me vio y mis temores se hicieron realidad cuando empezó a contarme aquella historia...
Ángel estaba obsesionado conmigo, con la historia de amor que mantenía con su hermano, con poseer todo lo que nosotros teníamos... un largo etc de cosas que yo ya imaginaba y temía desde hace tiempo. Ana era tan solo un peón más en aquel sucio juego que estaba llegando a su fin y con trágicas consecuencias para todos.
jueves, 13 de agosto de 2009
Juego sucio... corazones partidos.
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