La calidad de las dos últimas temporadas de los hermanos Winchester deja mucho que desear respecto a las cinco primeras; aunque mantiene el nivel, no llega a seducirnos de la misma manera. Esta séptima temporada repite situaciones ya vistas, sólo cambiando lugares, pero sin aportar nada nuevo; tiene un flojo comienzo y un final demasiado previsible.
A sus incondicionales, entre los que me encuentro, nos gustaría que no se la cargasen por estirar un chicle que ya no da más de sí.
Lo mejor de la temporada, la trama de los leviatanes, y los capítulos referentes a la cultura popular americana. Lo peor, los de relleno, que recurren a la parodia -son unos expertos en ello- sin ofrecer absolutamente nada al espectador.
¡Menuda caña le estoy dando a esta temporada!
Que nadie se equivoque al pensar que es mala esta gran serie, pero cuando algo ya no sorprende y repite en exceso, pierde muchos enteros. ¿Con qué nos sorprenderán en la octava? Demasiadas pistas pueden terminar de hundirla.
¡Nos vemos en el purgatorio, amigos!
No permitamos que estos chicos se caigan del 10.
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