En contadas ocasiones terminas vacío cuando acabas un juego; triste, pensando en el siguiente que vas a jugar. Sensaciones contradictorias se acumulan en tu cabeza. ¡¡¡Uf!!!
Necesitas alguna propuesta lo suficientemente interesante para no recordar a esa última joya que te ha dejado marcado. Watch Dogs es el ejemplo claro de que una buena historia es mucho más importante que un portento gráfico sublime, aburrido y sin sentido e igual a muchos otros. ¿Quereis que ponga ejemplos? Mejor no, no quiero que nadie se sulfure, jajaja.
Este es un juegazo con mayúsculas. El comienzo de una nueva franquicia que puede llegar a ser referente en el mundo de los videojuegos. ¡¡¡Al tiempo!!! A mí me ha apasionado y he encontrado muchas cosas válidas dentro de él: una historia muy atractiva en la que quieres descubrir más, unos personajes con gran carisma a pesar de que su protagonista sea un pelín plano (si pudieras personalizarlo, como por ejemplo en Mass Effect, ya hubiese sido la puta hostia).
El hackeo de las torres, esas partidas de ajedrez, la defensa de los inocentes, la búsqueda de personas desaparecidas: tantas y tantas cosas interesantes al margen de esa belleza visual (que la tiene, al menos en PS4) tan cuestionada día a día. Que no te engañe nadie amig@ jugón y decide por ti mismo si Aiden y su "troupe" no te emocionan hasta límites insospechados. ¡¡¡El poder del 10 está en tu mano!!! ¿¿¿Y ahora con qué me pongo yo???
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