Me conoceréis simplemente como "chico malo"(badboy) apelativo utilizado por mi hace bastantes años, desde el principio de mi descubrimiento de Internet.
A los 15 años, tiernecito pero guapo de cojones, acudía con frecuencia a la estación de Chamartín, patinaba prácticamente cada fin de semana y me di cuenta que pasaban ciertas cosas en las inmediaciones del los wcs de los locales comerciales que en aquella época poblaban la citada estación.
En Rolling Disco lugar "in" del momento conocí a mi primera novieta oficial, hasta aquel momento tan sólo había tenido algún tonteo que otro, unos siete meses de relación de lo más desaprovechados ya que a parte de mejorar mi estilo patinando, ir a cines, de tapeo, etc en sexo mas bien poco y malo.
Descubrí que mi chica, María Jesús, no era lo único que deseaba en materia sexual, los tíos fueron entrando en mi coco de manera y directa y cambiaron mis esquemas en cuestión de meses.
La inactividad de mi chica hacia mi se hizo patente desde un principio.
Ejemplos: Andaba burro todo el día, la hacía sus deditos, me lo repasaba entera y ella se limitaba a dejarse hacer, la muy zorra disfrutaba de lo lindo pero nada agarrarme la polla y dejarme sin una gota de leche, eso me correspondía a mi, directo a casa a meneármela como un loco para paliar ese dolor de huevos que me dejaba tras estar con ella.
Vale que al igual que yo fuera inexperta pero parece que lo suyo era sólo dejarse hacer.
Al tener novieta obviamente salía mas y ello hizo darme cuenta de muchas cosas, ya había notado que me tiraban los tejos los tíos pero estando con ella era mucho más brutal.
Una cosa es salir por tu barrio con los colegas en plan guarro y otra muy distinta ponerte guapo, lucir cuerpo y llevar al lado a un pivón que no me restaba miradas masculinas y si las potenciaba.
Era virgen en ambos sentidos y es cierto que durante mis primeros años de vida había sentido una afinidad idéntica hacia hombres y mujeres por lo tanto no tenía muy claro mi orientación sexual pero esta particular duda jamás me hizo sentir diferente, antinatural o algo similar, siempre he vivido el tema muy normal dado que es otra forma de sentir y ver las cosas.
Recuerdo una tarde que estábamos tomando una hamburguesa en un local, que si unos besitos, unas patatas, la coca-cola…
Un empleado andaba barriendo por nuestra planta y desde el primer momento que nos sentamos no paraba de mirarme, mi chica, ilusa ella, decía que le tenía en el bote dado que según sus propias palabras –estaba ligando- con aquel tío alto, moreno y fuerte que claramente no era en ella en quién estaba interesado.
Mi chica se fue al wc y aquel tipo, aprovechando su ausencia, no dejo de taladrarme con sus miradas mientras sus manos acariciaban la escoba como si mentalmente me estuviese haciendo la mejor de las pajas.
¿Mi imaginación? en unos minutos descubriría que mi instinto no me engañaba.
Una vez que mi chica ya estaba a mi lado me toco el turno a mi y entre en el mío, mi imagen en el espejo me hizo esbozar una sonrisa, estaba guapo, aquellos pantalones vaqueros recién estrenados marcaban todo lo que tenían que marcar.
No habían pasado ni 5 segundos cuando el morenote estaba entrando en uno de los apartados del baño y a través del espejo nuestra mirada fue tan intensa que el deseo dejó paso a algo mucho más intenso…
La conexión era tan fuerte que sin casi darme cuenta me llevo al apartado donde aquel desconocido me esperaba con aquella cara impregnada de morbo, pasión, deseo…
Nuestras lenguas se enlazaron como si fuesen una, sus manos buscaron mi polla, mi culo, mis piernas…en unos segundos me había quitado tan hábilmente el pantalón que me dejo descolocado al sentir como su boca engullía mi polla la cual palpitaba como nunca la había sentido.
Me deje llevar, me deje hacer, me corrí como si fuese un Dios…aquello si era disfrutar.
La única frase que salió de su boca fue algo como “ya sabes donde encontrarme”
Esa experiencia me abrió los ojos, había disfrutado mas en apenas unos minutos que durante los meses que llevaba con mi inexperta novia, algo había que hacer.
Comentar que al morenote mamoncete no le volví a ver ya que no le necesite nunca mas, mi vida dio un giro radical y me incline más por descubrir otros palos y a otros palotes.
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