viernes, 13 de marzo de 2009

Luna nueva... sentimientos feroces.

Llevaba tiempo cambiando, su transformación absoluta apareció ante mi aquella noche de luna llena, noche fría y húmeda… noche decisiva para ambos.
Ana tenía cierto potencial físico pero hasta ese momento no comprobé hasta donde podía llegar.
Al comentar que la veía oscura me refería no solo a su manera de vestir (prendas anchas y oscuras que no favorecían en absoluto lo que escondía tras ellas) más bien a esas miradas profundas y enigmáticas que provocaban cierta desconfianza… pero que atrapaban para saber que había tras ellas.
De piel blanquecina, casi enfermiza, cabello oscuro sin forma, labios ocultos tras espesas capas de pintura mal aplicada, ropas sin gusto… (así era Ana en sus inicios) paso a ser increíblemente deseable y atractiva en cuanto supo como sacarse partido.
Su estilo gótico reforzó ese morbo que desprendía en nuestra cita, parecía más fuerte, más madura… más fiera… feroz.
Me sorprendió su actitud, lo que había ocurrido con su hermana le hizo abrir los ojos de una vez por todas y aunque algo de pose parecían tener algunas de sus acciones tenía ante mi una nueva, renovada y grandiosa mujer que desplegaba morbo por cada poro de piel.
Charlamos, nos hicimos un cine, tomamos unas copas y tras preguntarla si estaba segura… fuimos a su casa (toda para nosotros) y follamos como locos.
Era agresiva sexualmente (rabia) me encantaba esa faceta desconocida viniendo de ella (incluso más fogosa y dura que su hermana)
Sus pechos eran pequeños, redondos, firmes… de grandes pezones que alimentaban mi boca, me encantaban esas tetas… pasar entre ellas mi polla dejando el rastro de mi excitación… de mis ganas de poseerla… de perderme en la oscuridad de su sexo.
Tras juguetear dentro de su coñito comencé a follármela analmente, le gustaba, me tenía tan sorprendido… cuando le provoqué su primer orgasmo sus gritos ahogaron mi excitación y se unieron a sus jadeos.
Tras los fuegos artificiales llegó su mirada desafiante, su confesión verdadera, sus intenciones de no volver a verme… “te he usado como lo haces tu normalmente con las demás personas, has estado bien pero no lo suficiente para poder repetir… si no te importa me gustaría que te marchases…”
No me sorprendió su reacción, algo ocultaba, nadie puede cambiar de la noche al día en tan poco tiempo y realmente me gustó que me pusiera en mi sitio aunque sé que en su interior no opinaba igual, Ana estaba y estaría durante mucho tiempo pegada a mi, volvería a aparecer en mi vida y no tardando demasiado.

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