domingo, 5 de octubre de 2008

Descubriendo Chueca.

Adolfo fue el primero en algo, en descubrirme los locales de ambiente, desconocidos absolutamente para mi.
Creo que ese fue su error, entiendo que él quisiera exhibir su trofeo ante sus amigos pero debió pensar que un chaval de 15 años, tiernecito y nuevo en el ambiente le iba a durar menos que un caramelo en un colegio además de despendolarse totalmente.
El garito en cuestión se llamaba “La Viznaga” (los mayores de 35 años lo recordaran sin problemas)
Estoy hablando de años, je, je, vale tendré que confesar mi edad real aunque hace tiempo que deje de cumplir, tengo 41 años (me hace bastante gracia cuando me llaman chavalote, tronco y demás adjetivos gente que seguramente en menor que yo y no me echan mas de 30 añitos)
Si, me quiero mucho, quizás demasiado pero es así, esta seguridad la tendría que haber tenido a los 15 pero siendo prácticamente un niño, en un cuerpo adulto, me hizo cometer demasiadas tonterías.
Creo recordar que mi recién estrenado novio no podía verme en la siguiente cita por un tema relacionado con una guardia o similar y yo lo que hice fue irme a la estación de los placeres ocultos, sin nada en mente, solo pasar la tarde.
Naturalmente Adolfo desconocía por completo esta escapada, no había móvil, el teléfono fijo jamás lo daba, él estaba en el cuartel… libertad absoluta.
Chueca me era demasiado desconocida para deambular por allí solito, la verdad es que no me gustó demasiado aunque tiempo después fue mi lugar de encuentros.

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