sábado, 27 de diciembre de 2008

Gorka y sus demonios internos.

Mi historia con Gorka no supero los 2 meses pero fueron muy intensos, demasiado en todos los aspectos.
En nuestra segunda cita nos corrimos 4 veces y es que su pasión hacia mi era obsesiva, esa es la palabra que mejor le define, obsesivo…
El sexo era brutal, imaginativo, placentero… pero fui notando algunas cosas que debieron alertarme de que su comportamiento me daría problemas.
Quería verme a diario, cosa prácticamente imposible, aunque cedí y quedaba con él desde la tarde del viernes hasta la del domingo, encerrados en su casa, sin prácticamente salir de la cama, apenas comíamos… follábamos, descansábamos, volvíamos a follar, bebíamos, follábamos…
El primer fin de semana me gusto el tema, el segundo se me hizo un tanto cansino dado que terminaba escocido de tanta succión y mi polla quería descanso…
Estaba con un pedazo de tío, tenía todo lo que buscaba para enamorarme sin remedio, era increíblemente atractivo, cuerpazo, listo, tenía mucha labia y cuando se lo proponía era muy divertido, me hacia disfrutar como nadie, me trataba con una clase que ya quisieran muchos (me llevo un par de veces a un hotel de 5 estrellas para realizar sus sueños sexuales) y cual era el problema os preguntareis…
Todo esto en dosis pequeñas hubiese sido perfecto pero de las casi 48 horas que pasábamos juntos mas de 40 (y quizás me quede corto) eran de sexo, sexo, sexo, me agoto como nadie antes había echo.
Por otro lado me quería tener controlado y dado que no le di mi teléfono (gracias a Dios) me hacía llamarle cada tres horas, bien a su trabajo o a su casa, dependiendo de la hora…
Luego se empeñaba en venir a recogerme y en llevarme a mi casa...
A las tres semanas le di un ultimátum que acepto de buen grado, iríamos a sitios juntos, tendríamos menos sexo x sexo y no quería control alguno por su parte…
Aceptó sin dudarlo e introdujo una novedad que en principio me gusto (hacerlo en lugares públicos, aseos, cines, parques, tiendas…) pero nunca tenía bastante y no pude mas…
Me estaba bebiendo la vida, me sentía observado por donde fuera, agotado sexualmente, incluso asqueado, pero en mi interior algo me enlazaba a él, era mi demonio interior, su manipulación me estaba alejando de mi mismo y mis fuerzas escaseaban hasta que ocurrió aquello que me hizo salir del túnel… y de nuevo vi la luz.

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