Cierta noche estábamos durmiendo cuando me despertó un ruido seco, como de un golpe o similar, Gorka estaba a mi lado profundamente dormido, me levante y fui hacia la entrada de la casa, había luz en el descansillo, una pareja intentaba entrar en la puerta de enfrente, parecían algo torpes dado que su estado de embriaguez era evidente, volvía hacia la habitación cuando tropecé con una silla, algo cayo de la cazadora de Gorka, su cartera… me entro curiosidad…
Inspeccione el contenido nada anormal, cuando intenté ponerla en su sitio algo lo impedía, había un sobre grande… eran fotos… las mire… era yo… desnudo en su cama… por mi barrio caminando… ¿que era esto?
Me quede enmudecido e intenté encontrar una explicación razonable… no la encontré.
Si solo fueran las fotos de su cama… vale quería tenerme desnudo… yo a veces también le observaba para aprenderme cada músculo de su cuerpo ya que era impresionante pero las de la calle, entrando en mi portal, charlando con algún conocido… parecía sacado de una teleserie… ¿que quería de mi?
Me entro miedo, no me ruboriza decirlo, me acojoné e imagine de todo… no era normal.
A partir de ese día preste atención a cada uno de mis movimientos y en un par de ocasiones le sorprendí espiándome, a esa hora debía estar trabajando… fui hacia una cabina y le llame me respondió nervioso, me dijo que tenía una reunión de inmediato y que le llamase a las horas estipuladas… que me echaba de menos y estaba deseando verme… ¿a que jugaba?
Esa semana se me hizo eterna y el viernes cuando vino a buscarme fuimos, por sugerencia mía, a una cafetería del centro, le iba a poner las cosas claras y temía su reacción así que me asegure de estar en un lugar abarrotado de gente.
Era listo, me preguntó si me ocurría algo, me había notado especialmente tenso y distante esa semana, no me ande por la ramas, le dije todo lo que sabía y espere una explicación…
Su mirada fue fría, tensa, perdida… me entro un escalofrío… permaneció cayado durante unos segundos, que a mi se me hicieron eternos, y entonces me soltó una hostia en toda la cara… el ruido fue terrible y mi sorpresa, vergüenza, humillación, hizo que me levantara empujando la mesa hacía él y le cogiera por el cuello mientras le decía que jamás volviera a ponerme la mano encima o le mataba…
Salí rápidamente y bajo un mar de nervios, rabia, incredulidad… me metí en el metro como si me persiguiera el mismísimo diablo, estaba perdido y no sabía que hacer… si iba a mi casa estaba seguro que estaría rondando… ¿y si estaba en el metro?... ¿que me estaba haciendo?
Durante una hora fui cambiando de línea, sin rumbo a ninguna parte, sin saber que hacer, pensando, hasta que decidí enfrentarme a él.
Me fui hasta su casa y observe que su coche no estaba por donde lo solía dejar, había plazas libres por lo que supuse me estaría buscando, un par de horas después llegaba cabizbajo ante mi, intento decirme algo, no se lo permití, le agarre la cara deseando rompérsela y aunque no sabía cual de los dos estaba mas asustado le dije que me olvidara, que estaba loco y que como volviera a molestarme o a encontrármelo lo iba a pasar muy mal… “te quiero, te necesito, eres mi obsesión, hace mucho tiempo que deseaba tenerte entre mis brazos… no ves que todo lo he hecho por ti…”
Me dio lastima y me crecí, deje de tenerle miedo y me di cuenta de que ya no podría dominarme en ningún aspecto, había dejado de respetarle, de admirarle, nadie me había puesto la mano encima y jamás lo volvería a permitir.
Volver a sentirme seguro hizo que viese una salida, Gorka no desapareció del todo de mi vida… pero esa es otra historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario