La enfermedad con mayúsculas hizo su aparición a finales de los 80, creo recordar, y ya se sabe el pánico que provoca lo desconocido, era el castigo Divino al colectivo homosexual por esa vida llena de pecado que llevábamos… lo que tuvimos que escuchar, sin comentarios.
El sida se llevo a mucha gente amiga, conocida y sembró un miedo en el ambiente que provoco que entráramos en los 90 con muy mal sabor de boca.
Cuando la cosa se tranquilizo continuamos con nuestras vidas no sin temer a que cualquiera pudiera ser el siguiente de la lista.
Miguel Ángel falleció con sólo 23 años, no de sida (aunque eso pensaron muchos) si no de un cáncer que se lo llevo en muy poco tiempo, tenía antecedentes, su padre había muerto de ello, su cuerpo comenzó a notarlo cuando llevaba unos años con su última pareja, Carlos, madurito de pelo cano que se dedicaba a temas relacionados con el teatro, buena gente.
Incluso tuvimos un tonteo dado que su relación paso por varias etapas, no fueron mas que algunos besos, caricias y poco mas y dado que Miguel Ángel no lo merecía la historia por mi parte no llego a mas.
Yo tenía muy reciente el fallecimiento de un hermano mío (un accidente de tráfico) así que entre unas cosas y otras mi vida dio un giro radical en muchos aspectos.
Antonio, gran amigo, fotógrafo de profesión, acabo su vida en los 90 también, el sida no le dejo escapar, su deterioro fue rápido y al igual que Miguel dejo un hueco muy grande en mi vida.
Otros como yo tuvimos mejor suerte, muchas veces me he dicho que si no hubiese sido activo en mis relaciones sexuales hubiese caído como tantos dado que mi promiscuidad era y fue de campeonato, mi colección de conquistas iba aumentando y tras estas desapariciones y otras que me esperaban mas adelante mi vida se descoloco bastante.
Me quede solito, sin mis amigos de siempre, mis dos mejores amigos y decidí que nunca mas tendría esa complicidad con nadie en materia de amistad y durante algún tiempo así fue.
(Dedicado a mi hermano Jesús y a mis amigos Miguel Ángel y Antonio)
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